Los tampones intimos pueden llegar a ser muy cómodos si sabes escoger correctamente, tienen una gran capacidad de absorción y son imperceptibles durante las relaciones sexuales. Los avances actuales no aportan soluciones nuevas para los días de periodo como las copas menstruales o los tampones especiales y respetuosos con el medio ambiente. Están probados dermatológicamente y no contienen sustancias químicas y no contaminan el medio ambiente.
Tipos de artículos para higiene personal:
Antes de empezar, lava bien tus manos con agua y jabón e intenta estar lo más relajada posible. Localiza con tus manos la entrada de tu vagina, puedes usar un espejo para ayudarte. Saca el tampón del envase y prepárate para insertarlo. Puedes sentarte para estar en una posición más cómoda o elevar una de tus piernas en el inodoro. Sostén el tampón con tus dedos y separa los labios de la apertura vaginal. Ahí es donde debes colocar el tampón y empujar suavemente apuntando hacia el interior de la vagina. Ahora empieza a empujar el aplicador hasta que notes que el tampón está completamente dentro de tu vagina. Ahora ya puedes retirar el aplicador y podrás usar tu tampón hasta 8 horas, durante la noche o el día.
Puedes usar un tampón hasta 8 horas seguidas, por lo que puedes estar en el agua sin problemas durante largos períodos de tiempo.
Nunca utilices un tampón para absorver algo que no sea tu flujo menstrual. Además, debes evitar usar un tampón si sientes algún dolor o tienes malestar al intentar insertarlo, o si sientes alguna reacción alérgica.
Dentro de los artículos de higiene femenina, el tampón es el rey. Desde el punto de vista de la limpieza, la facilidad de uso y la comodidad, estos artículos para la mujer ocupan un lugar especial.
Un tampón es ese elemento que te resuelve la vida durante los días en los que estás menstruando. No solo se encargará de actuar como absorbente, evitando que se te manche la ropa interior o los pantalones que lleves puestos, sino que te permitirá disfrutar de cualquier actividad cotidiana con total comodidad. ¡Incluso hay variedades de tampones que te permiten practicar sexo con penetración!
El tampón se coloca en el interior de la vagina, ya sea con los dedos o con un aplicador. Una vez que ocupa su posición, está diseñado para no moverse del sitio hasta que decidas que ha llegado el momento de extraerlo. Esta operación es similar: o bien lo sacas con dos dedos o bien lo extraes tirando de un cordón que se queda colgando por el exterior. Sin embargo, este tipo de variedad de tampón más clásica cada vez está entrando más en desuso porque no llega a ser 100 % cómoda. El tampón sin cordones es el que ahora está triunfando debido a que es mucho más pequeño y mucho más absorbente, y te ahorras el inconveniente de tener que llevar colgando un cordón.
En cualquier caso, los tampones están fabricados en materiales hipoalergénicos y cuidadosos por la piel. Salvo por una cuestión de preferencias, cualquier elección de tampón que hagas será una buena elección.
El objetivo de cualquier tampón es el de detener el flujo menstrual en su tránsito hacia el exterior. Para eso, estos artículos de higiene femenina están fabricados en materiales superabsorbentes. Pero si amplías un poco más este concepto, te darás cuenta de que un tampón sexual sirve para muchas otras cosas.
Con un tampón te puedes ir olvidando de limitaciones: si no haces algo, será porque no quieres. Un tampón te permite nadar, salir a correr, bailar y en algunos casos, ¡hasta practicar sexo! Si quieres disfrutar de todas estas posibilidades con absoluta libertad, lo más recomendable es que recurras a los tampones blandos. Son una modalidad de tampones sin cordón pensada para chicas todoterreno que no están dispuestas a dejar que la regla les arruine la diversión. Además, no tendrás ese cordón colgando por fuera todo el rato, algo que resulta un poco incómodo a la hora de sentarse o de desnudarse en unos vestuarios, por ejemplo, al salir de las duchas del gimnasio.
Esto es una realidad gracias a los tampones blandos. Tienen un tamaño reducido y son superabsorbentes, con características clave para que te sientas cómoda y limpia durante los encuentros sexuales y para que, en el caso de haber penetración, no sientas ninguna incomodidad. Si te pasas al suso de tampones blandos, los días de menstruación no serán nunca más un paréntesis en tu vida sexual.
Un tampón de mala calidad puede convertirse en un verdadero suplicio. No solo te encontrarás con algunas incomodidades a la hora de colocártelo (los tampones más baratos llevan un durísimo aplicador de cartón) sino durante el uso. Un tampón excesivamente voluminoso y con una superficie que no es precisamente suave al tacto se convierte en todo un incordio. Pero el problema no se queda ahí: es muy probable que el uso de este tipo de artículos de higiene íntima termine produciéndote una sensación como de sequedad en la vagina. Invierte en tampones de calidad, con buenos sistemas de aplicación y con una superficie lisa que resulte agradable al tacto. Y si además pueden ser tampones compactos y sin cordón, ¡eso que ganas!
El tampón es un aliado perfecto para evitar que los días de regla condicionen tus rutinas. Pero ten en cuenta algo muy importante: un tampón no es un anticonceptivo ni tampoco te protege de las enfermedades de transmisión sexual. Incluso aunque puedas practicar sexo mientras lo llevas puesto, no es una barrera para evitar los embarazos o las infecciones.
El diseño y los materiales de fabricación de los tampones han avanzado mucho. Frente a los primeros tampones más gruesos y rugosos con incómodos aplicadores de cartón duro, ahora ya puedes disfrutar de tampones más suaves, eficientes y de pequeñas dimensiones.
Lo más novedoso en tampones son los tampones blandos. Te animamos a que los pruebes resumiéndote cuáles son las dos categorías de tampones más populares del mercado.
Son los tampones blandos que deberían usar las chicas que todavía no tienen experiencia con este tipo de artículos. La principal característica de los tampones húmedos sin cordón es que están lubricados con un producto extremadamente hidratante que además respeta el pH de la vagina. Esto tiene grandes ventajas para la salud femenina.
Por un lado, te resultará mucho más cómoda su inserción. Es un tapón que se desliza más fácilmente hacia el interior de la vagina y que se coloca con mucha facilidad en la posición correcta. En segundo lugar, el lubricante hace que la vagina se mantenga mejor hidratada, evitando las molestias propias de los días de menstruación y el uso de tampones. ¿Algún inconveniente? Solo uno: los tampones húmedos tienen un precio superior al de los tampones convencionales y al del resto de tampones sin cordón. Pero por comodidad y funcionalidad, vale la pena la inversión.
Su forma y su composición es ligeramente diferente a la de los tampones húmedos. Obviamente, la principal diferencia es que no contienen ningún tipo de lubricante pero, por lo general, tampoco disponen de ninguna muesca en la superficie desde la que tirar para su extracción, como sí suele suceder con los tampones húmedos. Por este motivo, esta variedad de tampón sin cordón está más recomendada para las chicas que ya tienen un poco de experiencia en el uso de estos artículos. El punto positivo es que son igualmente tampones superabsorbentes y cómodos, pero con un precio más reducido.
Cuando cambias otras soluciones de higiene íntima por el uso de tampones suaves, también cambia tu mundo. Es el momento de sentirse más cómodas y de disfrutar plenamente de cualquier actividad también durante los días que dura la menstruación.
Pero no todos los tampones son iguales. Te recomendamos que antes de comprar tampones le eches un vistazo a estas recomendaciones según tu nivel de experiencia.
Si es tu primera vez usando tampones sin cordón, es mejor que hagas una prueba. Aunque son tampones supercómodos, tal vez no te terminen de convencer. Para ello, adquiere un formato pequeño que no contenga demasiadas unidades. De este modo, no tendrás que desperdiciar ni tu dinero ni tus tampones.
Una de las alternativas más comunes entre las principiantes son los tampones húmedos. La ventaja es que llevan lubricante y que en su diseño incorporan una pequeña muesca que facilita su extracción. Esto hará que te resulte más fácil su colocación y su extracción.
Si ya tienes experiencia en el uso de tampones blandos, puedes probar con los modelos convencionales. Son tampones secos sin cordón, de tamaño compacto y muy absorbentes. Su precio es algo más reducido que el de los tampones húmedos y, si compras una caja de gran formato, puedes ahorrar más dinero.
El tampón blando seco tiene también un tamaño compacto. Sin embargo, su diseño es más homogéneo y esto puede hacer que te resulte un poco más complicado manipularlo si no tienes experiencia.
Una de las claves del éxito en el uso de un tampón blando es asegurar que se encuentra en la posición correcta. Las primeras veces puede resultar un poco complicado garantizar que lo estás haciendo bien, pero con un poco de práctica y siguiendo estos consejos, te convertirás en una experta en apenas unos días.
Los pasos para ponerse un tampón son:
Lavarse bien las manos antes de manipular el tampón. No querrás que los gérmenes o las bacterias penetren en el interior de una zona tan sensible de tu cuerpo.
Sacar el tampón de su envoltorio para proceder a la colocación. La postura más cómoda para colocar un tampón blando es agachada en cuclillas o bien con una pierna en alto. Lo importante es que tengas acceso a la vagina y que te sientas cómoda y relajada, así que busca tu posición.
Si crees que lo necesitas, aplica un poco de lubricante en la zona genital y en la base del tampón para facilitar su deslizamiento hacia el interior.
Utiliza las dos manos para insertar el tampón. Con una te encargarás de separar bien los labios vaginales y con la otra de empujar el tampón hacia el interior. Normalmente hay que presionar los laterales del tampón blando con los dedos índice y pulgar. Una vez doblado, los introduces en la vagina.
Emplea solo el dedo índice para empujar más hacia el interior. Recuerda que el tampón tiene que estar bien adentro para que no se salga y para que pueda cumplir perfectamente con su función de absorber los fluidos menstruales sin que haya pérdidas. El lugar correcto para dejar puesto el tampón es unos centímetros por encima del suelo pélvico, cerca del cuello uterino.
No lleves puesto el mismo tampón durante más de ocho horas. Con o sin flujo abundante, debes reemplazar el tampón varias veces al día para evitar molestias y otras afecciones de origen tóxico.
Para sacar el tampón puedes ponerte en la misma posición que empleaste para su inserción, la que te resultara más cómoda (en cuclillas o con una pierna levantada). Una vez más, lo importante es que estés cómoda y relajada.
Para proceder con la extracción del tampón, utiliza los dedos índice y pulgar. Localiza el tampón en el interior, pínzalo entre los dedos y tira de él para sacarlo.
Una vez que lo tengas fuera, envuelve el tampón en papel higiénico y deshazte de él en la papelera. Nunca tires los tampones al inodoro. Lávate las manos ¡y a por el siguiente tampón!
Recuerda que es muy importante respetar los tiempos de uso de estos artículos de higiene íntima femenina. No utilices el mismo tampón más de ocho horas seguidas ya que puede hacer que tengas una infección y, en cualquier caso, retíralo si sientes alguna molestia.
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