Los lubricantes íntimos y sexuales son un complemento que no debe de faltar en tus relaciones, tanto en solitario como en pareja. Añadir ese toque de lubricación extra mejorará tus experiencias sexuales y hará que notes la diferencia. Con base agua para que sean compatibles también con tus juguetes eróticos, de base silicona, lubricantes específicos para la zona anal con efectos calmantes...
Tipos de lubricantes:
No hay relaciones sexuales satisfactorias sin una correcta lubricación. El propio organismo se encarga de generar estos fluidos en los momentos de excitación, pero no siempre resultan suficientes. Lo mejor es emplear lubricantes sexuales para garantizar unas relaciones más deslizantes, placenteras y seguras.
Hay ciertos momentos o etapas en la vida como puede ser durante la menopausia, la lactancia, en la toma de anticonceptivos, o algunos medicamentos donde la lubricación puede resultar insuficiente. Cuando no contamos con una lubricación suficiente, podemos usar un lubricante sexual, para así garantizar unas relaciones más placenteras.
Una penetración sin la suficiente, lubricación, aumenta la fricción y provoca incomodidad. Si llevamos esta situación a una fricción durante el suficiente tiempo o bien demasiado intensa, incluso se pueden producir desgarros o heridas, dependiendo del volumen y la intensidad de la penetración.
Por otro lado, Cuando se trata de una penetración anal, por ejemplo, siempre será necesario añadir lubricación, ya que la mucosa anal no produce lubricación se manera natural, como si lo hace la vagina. Por lo que es indispensable un poco de ayuda para que tus relaciones anales sean plenamente satisfactorias.
No hay que olvidar que los lubricantes sexuales se comercializan en múltiples formatos y con diferentes propiedades. No solo funcionan como una eficaz fuente de hidratación sino que te ayudan a experimentar nuevas sensaciones durante el sexo, y pueden ser un maravilloso estimulante y complemento de juego erótico.
La OMS establece que un lubricante debe ser seguro para el uso con el preservativo y facilitar un efecto duradero para la relación sexual. También da recomendaciones en cuanto a su osmolaridad y que no sean irritantes ni agresivos para la vagina. Además no debemos confundir un lubricante con un hidratante, ya que no son lo mismo. Hay productos que son para hidratar y productos que son para lubricar. Se usan para un fin distinto y tienen una composición distinta.
Cuando vayas a adquirir un lubricante sexual, lo primero que debes tener en cuenta es su base de composición. Básicamente existen dos tipos de producto:
Lubricantes con base de agua: de tacto ligero y acuoso, no manchan y pueden secarse más rápidamente. Son compatibles con el látex y la mayoría de los juguetes eróticos.
Lubricantes de silicona: son un producto más concentrado y sus efectos duran más ya que se quedan sobre la piel y no se diluyen ni se evaporan. Por el contrario, cuesta más limpiarlos y no son compatibles con los juguetes de silicona.
Eso de que la lubricación es una parte imprescindible en las relaciones íntimas ya lo tenemos claro. Lo que en ocasiones genera dudas es la elección del tipo de lubricante más adecuado.
Como cualquier producto que vayamos a usar sobre la piel y mucosas, debemos tener en cuenta su composición si por ejemplo padecemos de alergias o problemas de piel. En general son productos bien tolerados, aunque no está de más decir, que no deben irritar, ni producir sensación de ardor ni quemazón. Si es así, puede que tengas sensibilidad a algunos de sus componentes.
Aparte de la base de composición, tienes la posibilidad de elegir entre lubricantes sexuales con diferentes propiedades: efecto calor o frío, con sabores, con efecto retardante, lubricantes anales, energizantes, veganos...
Experimenta con todas modalidades de lubricación y sus diferentes formatos (gel, crema, bolas, sprays...) y encuentra la solución de lubricación extra que más te conviene durante la masturbación, la estimulación con accesorios eróticos o el sexo en pareja. Por ejemplo: para la estimulación oral pueden ser interesantes los lubricantes con sabores que aportarán ese toque dulce a las sensaciones.
El lubricante es un producto erótico que sirve para añadir ese punto extra de lubricación en las relaciones íntimas, ya sea en pareja, en solitario, con juguetes... Puedes usar un lubricante siempre que quieras, incluso si ya lubricas lo suficiente de manera natural. Un poco de lubricante añadido marcará la diferencia.
Si estás preocupado por la calidad de los ingredientes que incluye un lubricante, te recomendamos el lubricante orgánico base agua de Diversual, con ingredientes naturales y respetuosos con tu cuerpo, y de base agua para que sea compatible también con preservativos y juguetes eróticos.
Aplica una pequeña cantidad de lubricante en la zona que desees estimular o que vaya a recibir penetración: la entrada de la vagina, el clítoris, la zona anal...
Un extra de lubricación hará que la experiencia vaya como la seda e incremantará las sensaciones, evitando también posibles roces y molestias que no os dejarán disfrutar. Hay un antes y un después de incluir lubricante en las relaciones.
La lubricación íntima es una parte fundamental del sexo seguro y placentero. Elimina el riesgo de sufrir molestias y otros daños asociados a las relaciones íntimas con poca hidratación y aprende a usar los lubricantes sexuales del modo correcto.
El lubricante íntimo es un producto necesario independientemente de si usas preservativo o no. En el caso de usar condón, ten en cuenta que no todos los lubricantes son aptos para todos los materiales de fabricación de preservativos. El lubricante de uso más extendido en estos casos es el que tiene base acuosa.
El lubricante sexual se debe aplicar tanto en la superficie de los juguetes eróticos que emplees como en la zona genital y sus orificios.
El ano es una zona de tu anatomía en la que no existe ningún tipo de lubricación natural. Para la práctica de penetraciones anales necesitas lubricantes específicos de gran concentración y capacidad hidratante.
Recurre a lubricantes con dosificador para usar las cantidades adecuadas y mantener el orden y la limpieza. Son mucho más prácticos y cómodos.
Dependiendo del tipo de lubricante que emplees en tus relaciones sexuales, la limpieza de estos productos de resultará más o menos sencilla.
El lubricante con base de agua es el más fácil de limpiar. Tanto que, prácticamente no tienes que hacer nada. Es un líquido que tanto la piel como los tejidos absorben fácilmente sin dejar más rastro que el de una óptima hidratación.
No obstante, si notas que las manos, los genitales o los juguetes eróticos se quedan un poco untuosos, basta con emplear un poco de agua tibia. Los tejidos se quedan como nuevos en la lavadora.
Los lubricantes oleosos y otros aceites íntimos son un poco más engorrosos. Para estos casos lo mejor es que emplees sabanas especiales con las que evitar machar los tejidos. Con lubricantes de aceite o de silicona, puedes aplicar un poco de limón sobre el tejido que luego vayas a lavar en la lavadora y ayudará a que las manchas desaparezcan.
En el caso de los accesorios sexuales, se quedarán como nuevos empleando algún limpiador de juguetes sexuales. Y para quitarlo de la piel, nada como una ducha.
No hay relaciones sexuales satisfactorias sin una correcta lubricación. El propio organismo se encarga de generar estos fluidos en los momentos de excitación, pero no siempre resultan suficientes. Lo mejor es emplear lubricantes sexuales para garantizar unas relaciones más deslizantes, placenteras y seguras.
Hay ciertos momentos o etapas en la vida como puede ser durante la menopausia, la lactancia, en la toma de anticonceptivos, o algunos medicamentos donde la lubricación puede resultar insuficiente. Cuando no contamos con una lubricación suficiente, podemos usar un lubricante sexual, para así garantizar unas relaciones más placenteras.
Una penetración sin la suficiente, lubricación, aumenta la fricción y provoca incomodidad. Si llevamos esta situación a una fricción durante el suficiente tiempo o bien demasiado intensa, incluso se pueden producir desgarros o heridas, dependiendo del volumen y la intensidad de la penetración.
Por otro lado, Cuando se trata de una penetración anal, por ejemplo, siempre será necesario añadir lubricación, ya que la mucosa anal no produce lubricación se manera natural, como si lo hace la vagina. Por lo que es indispensable un poco de ayuda para que tus relaciones anales sean plenamente satisfactorias.
No hay que olvidar que los lubricantes sexuales se comercializan en múltiples formatos y con diferentes propiedades. No solo funcionan como una eficaz fuente de hidratación sino que te ayudan a experimentar nuevas sensaciones durante el sexo, y pueden ser un maravilloso estimulante y complemento de juego erótico.
La OMS establece que un lubricante debe ser seguro para el uso con el preservativo y facilitar un efecto duradero para la relación sexual. También da recomendaciones en cuanto a su osmolaridad y que no sean irritantes ni agresivos para la vagina. Además no debemos confundir un lubricante con un hidratante, ya que no son lo mismo. Hay productos que son para hidratar y productos que son para lubricar. Se usan para un fin distinto y tienen una composición distinta.
Cuando vayas a adquirir un lubricante sexual, lo primero que debes tener en cuenta es su base de composición. Básicamente existen dos tipos de producto:
Lubricantes con base de agua: de tacto ligero y acuoso, no manchan y pueden secarse más rápidamente. Son compatibles con el látex y la mayoría de los juguetes eróticos.
Lubricantes de silicona: son un producto más concentrado y sus efectos duran más ya que se quedan sobre la piel y no se diluyen ni se evaporan. Por el contrario, cuesta más limpiarlos y no son compatibles con los juguetes de silicona.
Eso de que la lubricación es una parte imprescindible en las relaciones íntimas ya lo tenemos claro. Lo que en ocasiones genera dudas es la elección del tipo de lubricante más adecuado.
Como cualquier producto que vayamos a usar sobre la piel y mucosas, debemos tener en cuenta su composición si por ejemplo padecemos de alergias o problemas de piel. En general son productos bien tolerados, aunque no está de más decir, que no deben irritar, ni producir sensación de ardor ni quemazón. Si es así, puede que tengas sensibilidad a algunos de sus componentes.
Aparte de la base de composición, tienes la posibilidad de elegir entre lubricantes sexuales con diferentes propiedades: efecto calor o frío, con sabores, con efecto retardante, lubricantes anales, energizantes, veganos...
Experimenta con todas modalidades de lubricación y sus diferentes formatos (gel, crema, bolas, sprays...) y encuentra la solución de lubricación extra que más te conviene durante la masturbación, la estimulación con accesorios eróticos o el sexo en pareja. Por ejemplo: para la estimulación oral pueden ser interesantes los lubricantes con sabores que aportarán ese toque dulce a las sensaciones.
Este artículo ha sido verificado y aprobado por la enfermera especialista en obstetricia y ginecología (matrona) Laura Cámara.
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