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Azotadores y fustas eróticas son artículos muy interesantes si buscas una forma excitante de castigar a tu pareja esta es tu sección. Te presentamos una extensa gama de azotadores, látigos y fustas de todos los tamaños y materiales.
Tipos de artículos BDSM:
Una sesión de castigo puede convertirse en el encuentro sexual más erótico y excitante que hayas imaginado. Para ponerla en práctica con estilo y seguridad, te explicamos las características de tres accesorios imprescindibles.
Azotadores BDSM: son un elegante complemento de BDSM que por su tamaño, peso y fácil manejo resulta muy versátil. Se compone de un mango (generalmente de cuero endurecido) y un cuerpo de varias tiras de cuero (en su versión más atrevida) o de tela (para juegos más inocentes).
En los diseños más lujosos el mango puede presentarse como una pieza de metal tallado, chapado en oro e incluso con incrustaciones de gemas y cristales.
Fusta BDSM: son más manejables que los azotadores y los látigos al tratarse de accesorios rígidos y de una única vara en cuyo extremo se encuentra la pieza que sirve para azotar. Esta pieza es normalmente un rectángulo de cuero doblado a la mitad que al ejecutar el golpe emite un sonido muy excitante.
En los modelos de fusta sexual más moderados, esta pieza está hecha de plástico y en algunos casos recubierta de terciopelo, haciendo que el azote se quede a mitad de camino entre el golpe y la caricia.
Aunque el tamaño estándar ronda los 30 cm de longitud, puedes encontrar azotadores de mano mucho más pequeños formados por una única pieza de cuero a modo de paleta.
Látigo sexual: son los accesorios más complicados de utilizar ya que por su longitud requieren de cierta destreza. Pero no es necesario utilizarlos siempre sobre el cuerpo de la persona a la que sometes. También puedes usarlos contra el suelo, como hacen los domadores, y amedrentar a tu presa con su característico sonido.
El látigo BDSM suele estar fabricado en cuero y tener una longitud de hasta dos metros. El mango es una extensión del cuerpo del juguete, normalmente diseñada en cuero endurecido. Al igual que ocurre con los azotadores, muchas marcas incluyen en esta parte su sello distintivo añadiendo brillantes, cristales u otros materiales que lo hacen más vistoso.
Siempre y cuando las reglas estén claras, no hay nada sucio ni vergonzoso en determinadas prácticas sexuales que se salen de lo convencional. El spanking es uno de estos juegos de dormitorio en los que el erotismo se manifiesta a través de otra vertiente: los azotes BDSM. Se trata de una disciplina de dominación en la que uno da las órdenes y el otro obedece a base de azotes, siempre de manera consensuada. Por lo tanto, es una práctica en la que el uso de fustas y látigos es indispensable.
En los juegos de BDSM se suelen emplear diferentes tipos de herramientas para golpear a la persona sometida. Entre ellas están los azotadores.
Las fustas, látigos y azotadores son accesorios ideales para tomar el control de la situación. A veces tienen forma de pala rígida y en otras ocasiones son mangos que en el extremo llevan colgando una o varias tiras.
Para facilitar el manejo, la mayoría de estos complementos para los juegos de dominación/sumisión llevan una tira en el mango que permite su sujeción a la muñeca del usuario. De este modo siempre lo tienes a mano para cuando necesites usarlo.
Por otro lado, un azotador o una fusta BDSM no solo sirven para golpear. Dependiendo de lo que las circunstancias exijan, también pueden ser un instrumento para acariciar y generar cierto desconcierto en la persona sometida.
En los juegos de dominación/sumisión siempre suele emplearse una herramienta que identifique claramente a la persona que lleva las riendas de la situación. Este instrumento de dominación es, en muchos casos, el flogger o azotador. Nada como este instrumento para dejar claro que se trata de un juego muy estricto en el que hay que cumplir ciertas reglas.
Los látigos, floggers o azotadores son accesorios BDSM recomendados para todo tipo de parejas. Aunque cuanta más práctica tienes en su uso más destreza podrás demostrar, lo cierto es que desde niveles muy elementales ya puedes sacarle mucho partido a estos complementos para los juegos fetish.
Los azotadores son herramientas con una doble vertiente de uso. Y es que, si por un lado son instrumentos para causar dolor, por otro lado también lo son para proporcionar placer. Todo depende del modo y de la intensidad con la que los uses. Evidentemente, la principal función del azotador es la de azotar pero, ¿sabías que los floggers también sirven para hacer cosquillas o regalar caricias súper excitantes?
Toma nota de este doble uso de los azotadores. Tal vez pensabas que son accesorios que no van mucho con tu forma de practicar sexo y, sin embargo, están más cerca de tus expectativas de los que habías imaginado.
Los azotadores están pensados para parejas que están decididas a dar ese paso y a experimentar con otras formas de obtener placer. Los roles de dominante y sumiso se pueden intercambiar para que los dos puedan ponerse en posición de entender qué es lo que estos artículos BDSM proporcionan al encuentro sexual.
También sirven para marcar territorio. Y es que el uso intenso de un azotador siempre deja algún tipo de marca. Desde una rojez hasta un moratón. Siempre y cuando hay consentimiento por ambas partes y no se ponga en riesgo la seguridad, puedes elevar la intensidad del juego al nivel que más te satisfaga.
Por último, un azotador también es la herramienta de los amantes curiosos. Te sorprenderá la cantidad de usos que puedes darle a estos instrumentos con tan solo ponerle un poco de imaginación al asunto.
Si cada tipo de azotador se siente de un modo diferente sobre la piel es porque cada modelo tiene sus particularidades. Aspectos como el tamaño, los materiales o la cantidad de tiras del flogger influyen de manera decisiva en los resultados que puedes obtener con el uso de estos accesorios BDSM.
Para que no te hagas un lío y tengas las cosas más o menos claras antes de hacer tu compra, hemos hecho este listado con algunos conceptos básicos en relación a los azotadores para el sexo.
Hay que tener en cuenta que los azotadores se componen de dos partes. Por un lado está el mango que te facilita la sujeción durante el uso del artículo. Por otro lado está la parte que se emplea para azotar.
Por lo general, el mango tiene un tamaño bastante estándar, diseñado para que puedas sujetar el artículo cómodamente con una sola mano. También es bastante habitual que lleve una tira del mismo material que te permite llevar el azotador colgado de la muñeca mientras no lo estás usando. Así siempre lo tienes a mano para cuando sea necesario pasar a la acción.
La parte para golpear es más variable. El tamaño de las cerdas o tiras no es siempre el mismo y esto influye en su manejo. Los azotadores con tiras más cortas son más fáciles de controlar, mientras que los de tiras más largas son más vistosos, permiten más juego y están más orientados a usuarios con algo de experiencia.
En cualquier caso y, de manera general, los floggers o látigo BDSM tienen una medida media de entre 30 y 50 cm, salvo aquellos especialmente largos en los que las tiras alcanzan una mayor potencia.
Es otro de esos puntos en los que los azotadores ponen de manifiesto su gran versatilidad. Y es que, si te gustan estas prácticas sexuales de dominación y sometimiento, tendrás la oportunidad de hacerte con una estupenda colección de látigos de diferentes materiales.
Los materiales de fabricación más habituales son:
Silicona: es el mejor material para quienes todavía se están iniciando en el mundo del BDSM. Los azotadores de silicona o caucho son resistentes, fáciles de lavar y ligeros. Con todo, son capaces de dejar huella como cualquier otro azotador.
Cuero: dentro de la categoría de los azotadores de cuero hay mucha variedad, porque no todos los cueros son de la misma calidad. En cualquier caso, suelen ser azotadores BDSM algo más pesados y un poco exigentes en cuanto a la limpieza y el mantenimiento. Ofrecen un aspecto muy atractivo y están más recomendados a expertos en BDSM.
PVC: son una buena alternativa si lo que estás buscando es un accesorio económico con el que empezar. Los azotadores de PVC no tienen la calidad de los de silicona ni el atractivo estético de los azotadores de cuero, pero a cambio ofrecen precios muy competitivos y la posibilidad de experimentar.
Metal: aunque no son los más habituales, en el mercado también podrás encontrar látigos con cerdas de metal. Estas cerdas pueden tener diferentes grosores, por lo que el nivel de daño infligido también es variable. Se consideran azotadores BDSM de nivel top.
Los efectos de un azotador se miden por la dureza del azote. Esta puede variar en función de varios aspectos como las dimensiones o el material de fabricación del accesorio.
Los azotadores con mayor número de tiras son más dolorosos porque hay una mayor superficie de contacto. También pueden resultar más agradables cuando los empleas para hacer cosquillitas.
El ancho de la tira influye, Las tiras más anchas causan mayor dolor también por este mismo motivo. Con las tiras anchas el golpe es más contundente y la marca más notable.
Esto no quiere decir que los azotadores de tiras estrechas no dejen huella. Sin embargo, son de otro tipo. Estos azotadores se unas más para que se vean las rojeces y cuando se quiere obtener un tipo de dolor más punzante y selectivo.
Hay que destacar que las tiras no siempre son necesariamente lisas. Dependiendo del modelo de azotador que escojas, podrás encontrar opciones de tiras que a su vez tienen cortes intermedios, que tienen acabados brillantes o que llevan algún tipo de cuenta o botón en los extremos.
No hace falta que te pongas en plan domador para usar con éxito un azotador BDSM. Aunque es cierto que un poco de práctica no te vendrá nada mal.
Como la mejor forma de aprender a usar un azotador sexual es ponerse manos a la obra, te damos las claves para que sepas cómo funcionan este tipo de juegos y qué puedes obtener de ellos.
No lo uses directamente sobre tu pareja. Si es la primera vez que vas a usar un azotador, practica antes para conocer la potencia de este accesorio e infligir solo el nivel de dolor que hayáis acordado. Una buena forma de hacerte con el control del azotador BDSM es probarlo sobre una almohada. Golpéala con diferentes niveles de intensidad y practica para dar golpes más certeros y en el lugar deseado.
Calcula la distancia. Es importante conocer bien las dimensiones del azotador para controlar la zona del golpe. La distancia del azote afecta a la intensidad y a la marca que dejas en la persona sometida.
Bajo ningún concepto debes golpear al sumiso en zonas especialmente sensibles como riñones, abdomen o cabeza. Un golpe en estos lugares puede causar problemas serios de salud.
Recuerda que el uso continuado del azotador en una misma zona puede hacer que esta se caliente en exceso. Es mejor repartir los azotes por diferentes áreas para evitar otros problemas. También puedes esperar para continuar el juego o incluso enfriar con hielo las zonas golpeadas antes de proseguir.
Valora la posición. Aunque lo cierto es que puedes azotar a la persona sometida desde cualquier ángulo, lo más adecuado es el que dominador se coloque por detrás de esta y en diagonal. El golpe será más certero.
Los azotadores son accesorios de BDSM que tienen un uso muy activo durante las sesiones eróticas. Un buen mantenimiento te permitirá darles uso durante mucho tiempo y de la manera más segura posible.
¿Qué debes hacer para que tus azotadores y fustas conserven el mismo aspecto y las mismas prestaciones que el primer día? Cuidar del material de fabricación como se merece.
Muchas de las fustas y azotadores están fabricadas en cuero o cuero vegano. Son materiales que no deben mantenerse húmedos ya que pueden agrietarse. Si los humedeces, recuerda secarlos bien.
Tampoco dejes que queden expuestos al sol directo durante mucho tiempo o a cambios bruscos de temperatura. Esto también podría provocar grietas en la superficie.
Para limpiar adecuadamente un látigo, azotador o fusta BDSM, comprueba el material de fabricación. Si es cuero, utiliza un paño húmedo para aplicar un limpiador de juguetes eróticos y sécalo bien. Si se trata de silicona, puedes emplear agua tibia con jabón y luego secarlo. No obstante la mejor forma de limpiar estos juguetes es con un spray desinfectante.
Su mera presencia genera tal excitación que quien los prueba una vez, repite. La tentación de lo prohibido y la curiosa mezcla entre dolor y placer hacen de los azotadores, fustas y látigos sexuales un complemento imprescindible en las prácticas de BDSM.
La popularización de estas disciplinas de dominación con novelas y películas como las de la saga de 50 sombras de Grey han ampliado considerablemente los catálogos de juguetes BDSM, añadiendo accesorios que cada vez cuidan más su diseño y sus prestaciones.
Una sesión de castigo puede convertirse en el encuentro sexual más erótico y excitante que hayas imaginado. Para ponerla en práctica con estilo y seguridad, te explicamos las características de tres accesorios imprescindibles.
Azotadores BDSM: son un elegante complemento de BDSM que por su tamaño, peso y fácil manejo resulta muy versátil. Se compone de un mango (generalmente de cuero endurecido) y un cuerpo de varias tiras de cuero (en su versión más atrevida) o de tela (para juegos más inocentes).
En los diseños más lujosos el mango puede presentarse como una pieza de metal tallado, chapado en oro e incluso con incrustaciones de gemas y cristales.
Fusta BDSM: son más manejables que los azotadores y los látigos al tratarse de accesorios rígidos y de una única vara en cuyo extremo se encuentra la pieza que sirve para azotar. Esta pieza es normalmente un rectángulo de cuero doblado a la mitad que al ejecutar el golpe emite un sonido muy excitante.
En los modelos de fusta sexual más moderados, esta pieza está hecha de plástico y en algunos casos recubierta de terciopelo, haciendo que el azote se quede a mitad de camino entre el golpe y la caricia.
Aunque el tamaño estándar ronda los 30 cm de longitud, puedes encontrar azotadores de mano mucho más pequeños formados por una única pieza de cuero a modo de paleta.
Látigo sexual: son los accesorios más complicados de utilizar ya que por su longitud requieren de cierta destreza. Pero no es necesario utilizarlos siempre sobre el cuerpo de la persona a la que sometes. También puedes usarlos contra el suelo, como hacen los domadores, y amedrentar a tu presa con su característico sonido.
El látigo BDSM suele estar fabricado en cuero y tener una longitud de hasta dos metros. El mango es una extensión del cuerpo del juguete, normalmente diseñada en cuero endurecido. Al igual que ocurre con los azotadores, muchas marcas incluyen en esta parte su sello distintivo añadiendo brillantes, cristales u otros materiales que lo hacen más vistoso.
Siempre y cuando las reglas estén claras, no hay nada sucio ni vergonzoso en determinadas prácticas sexuales que se salen de lo convencional. El spanking es uno de estos juegos de dormitorio en los que el erotismo se manifiesta a través de otra vertiente: los azotes BDSM. Se trata de una disciplina de dominación en la que uno da las órdenes y el otro obedece a base de azotes, siempre de manera consensuada. Por lo tanto, es una práctica en la que el uso de fustas y látigos es indispensable.
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