Conoce el cruising: sexo en lugares públicos con desconocidos

En los años 1960, en el ambiente gay, empezó a popularizarse la palabra cruising como forma de encontrar sexo con otros hombres que también conocían el significado del término. Se convertía en una especie de código secreto para proteger las prácticas homosexuales en un momento en que éstas eran perseguidas y penalizadas. Hay quién sitúa el origen del término en un bar de Nuevo México, Booze & Cruise, que a partir de la década de 1970 se convirtió en parada para hombres que querían mantener relaciones casuales con otros hombres. Sea cual sea el origen exacto del término, en ambos casos nos lleva a la práctica que define actualmente la palabra cruising: tener relaciones sexuales en lugares públicos (playas, parques, baños públicos, aparcamientos…) con desconocidos.

El cruising no es algo nuevo, hay referencias de que esta práctica se lleva realizando desde hace cientos de años. Por ejemplo, hay historiadores que afirman que en el siglo XVII existían lugares de intercambio sexual entre hombres o, de forma más concreta, aparece en el libro de 1912 “La mala vida en Barcelona” (Max-Bembo) en el que se nombra el parque como el “lugar idóneo de la conquista homosexual”.

El término cruising se aplica en el ámbito de hombres que tienen sexo con otros hombres. Y aunque hay una palabra concreta para la práctica entre personas heterosexuales, dogging, y la menos común aunque más autóctona, cancaneo, el término cruising va cogiendo más fuerza para aplicarse a esta práctica en todas las orientaciones.

POR QUÉ ES EXCITANTE EL CRUISING

Independientemente de la orientación sexual de las personas que lo practican, el cruising es una práctica que combina varios aspectos excitantes:

• Tener sexo en lugares públicos y la posibilidad de ser pillados da un morbo extra a la situación.

• Exhibicionismo: excitación al ser visto. En los sitios en que es practica cruising puede haber gente que vaya a mirar con lo que ya tenemos el combo perfecto.

• Las relaciones sexuales con una persona desconocida son una fantasía habitual que aquí se hace realidad.

• Acercarse a una zona de cruising puede generar una expectativa acompañada de la intriga de no saber qué va a pasar realmente. En estos casos, las fantasías se pueden poner en marcha y, con ellas, la excitación.

A pesar de que en la actualidad existen aplicaciones para ligar que ponen muy fácil contactar con gente para echar un polvo casual, el cruising sigue practicándose. Quizás por los factores anteriores que le dan un aspecto excitante, unido a la improvisación y al anonimato.

El cruising puede ser muy excitante.

PREJUICIOS DE LA PRÁCTICA DEL CRUISING

Como muchas prácticas que se salen de lo normativo, el cruising tiene mala fama ya que el sexo anónimo se asocia a promiscuidad y vicio. Además, se vincula tradicionalmente con el colectivo homosexual, con lo que a lo anterior hay que añadirle el prejuicio asociado a lo no heterosexual. El cruising recibe, pues, un doble estigma. Ejemplo de esto es la polémica que recientemente surgió tras la publicación de un artículo sobre esta práctica en un periódico nacional y que desató las críticas por dar una visión prejuiciosa que incluía homofobia, edadismo y puritanismo, según comentó el presidente de COGAM (Colectivo LGBT+ Madrid) en una carta a la directora.

El periódico rectificó, asumiendo haber caído en fomentar estigmas como la promiscuidad de las personas homosexuales y en asociar la práctica con el aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS). Ambas cosas son prejuicios: hay personas con más o menos deseo sexual en todas las orientaciones y las preferencias por esta práctica tampoco son exclusivas de las personas homosexuales. Sí es cierto que el término nace de los encuentros de hombres que tienen sexo con hombres pero también porque al estar perseguido era una forma de poder relacionarse e, incluso, construir comunidad de manera más o menos segura. Respecto a la idea de que aumenta el contagio de ITS, señalar que el riesgo va asociado al uso o no de métodos de prevención. Y aunque haya encuentros en los que siendo necesario no se use el preservativo, también es cierto que en todas las zonas donde se practica cruising acaban apareciendo condones tirados por el suelo.

En definitiva, hay que acabar con los prejuicios porque no es la práctica, sino cómo se hace. Toda práctica realizada de forma sana, consensuada y respetuosa habría que entenderla como algo positivo y potencialmente placentero.

¿DÓNDE SE PRACTICA EL CRUISING?

Parques, playas, aparcamientos, baños de sitios públicos como en estaciones de tren… son algunos lugares habituales para la práctica del cruising. No vale cualquier sitio de estos, sino que algunas zonas se convierten en más habituales de esta práctica. De hecho, hay páginas web que recogen un mapa con puntos habituales de cruising.

Las relaciones sexuales al aire libre no están penadas por ley, a excepción de que se hagan delante de menores o de personas con discapacidad. Sí puede haber normativas municipales que establezcan multas. Pero eso no quita que, como toda práctica sexual realizada al aire libre, hay que tener respeto por las personas que pueda haber alrededor (tener sexo delante de quien no quiere verlo sería una agresión) y unos mínimos de consideración con el entorno. De hecho, las dunas de Maspalomas eran un sitio habitual que empezó a sufrir las consecuencias de tanta gente activa por ahí poniendo en riesgo el equilibro natural de ese espacio protegido.

Cruising, dónde practicarlo.

CONSEJOS PARA PRACTICAR EL CRUISING

El cruising puede ser una práctica muy excitante pero combina dos aspectos con cierto riesgo: personas desconocidas y espacios poco transitados. Por ello, no está de más ser precavidos. Ser conscientes del espacio en el que se está, que no haya nada raro alrededor, que no haya grupitos de gente, no llevar objetos de valor a la vista (si se va en coche, guardarlos), tener el móvil localizado por si se necesita, ir con algún amigo de confianza… En definitiva, aplicar el sentido común y no dejarse llevar solo por el morbo y la excitación.

Y también hay que recordar el uso del preservativo. El cruising es una fantasía sexual que puede convertirse en una práctica placentera y divertida, pero que sea, sobre todo, segura.

Sigue estos consejos para un cruising más seguro.

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