Este artículo ha sido escrito y validado por la psicóloga y sexóloga Nayara Malnero el 8 de agosto de 2023.
Últimamente se está hablando muchísimo sobre educación sexual, su importancia, su necesidad imperante en el mundo hipersexualizado y desinformado en el que viven los más jóvenes.
Sin embargo, algo nos está ocurriendo. No entendemos bien en qué consiste y nos sentimos frenados ante la posibilidad de tener que enfrentarnos, como adultos, ya sea como padres o madres, ya sea como educadores, a esta misión. El objetivo del artículo de hoy, es romper con esta situación.
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN SEXUAL?
Empecemos por el principio dejando las cosas claras: ¿Qué es la educación sexual? Aclararlo es importante porque generalmente estamos muy confundidos, y aquí comienza el problema, la perpetuación del tabú.
Educación sexual no es solo hablar de relaciones sexuales, prevención de embarazos y de infecciones como la mayoría de la gente cree, es muchísimo más. Solo tenemos que mirar nuestro documento de identidad para darnos cuenta de que el concepto “Sexo” significa ser hombre o ser mujer, que nos relacionamos de maneras muy distintas y, obviamente a veces también tenemos relaciones sexuales, pero no solo eso.
Educación sexual es educación en autoestima, autoconocimiento, saber cómo cambia mi cuerpo y mi mente, seguridad en uno mismo, relaciones igualitarias, comunicación con el otro, habilidades sociales y emocionales... y, por supuesto, ya después de esto, prevención de riesgos y cuidado de la salud sexual.
No, en ningún caso la educación sexual incluye aprender a tener relaciones sexuales. Sobre los placeres y las maneras de cada uno dudo que nadie la pueda enseñar.
Pero las cosas tienen un orden y hay algo que explico siempre: ¿De qué sirve enseñar a poner un preservativo paso a paso si luego, a la hora de la verdad, no tenemos la seguridad en nosotros mismos para decir que no a una pareja que no quiere ponérselo? Aquí está clara la labor educativa, es el ejemplo patente de una educación sexual incompleta, no volveremos a caer en este error.
Educación sexual, qué es.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA EDUCACIÓN SEXUAL?
Llegados a este punto, la educación sexual infantil y cuanto antes mejor, es evidente que resulta totalmente necesaria. Sin embargo, la educación sexual en España sigue llegando tarde y mal.
En nuestro país, si hacemos algo, es educación sexual en la adolescencia. Generalmente se comienza a introducir en la etapa de secundaria, en torno a los 14 años, en 3º ESO, ahí es el momento en el que se comienza a hablar más de estos temas si es que la escuela así lo decide.
Generalmente se imparten uno o dos talleres de una hora de duración en la que sólo se enseña a prevenir embarazos e infecciones de transmisión sexual. No se me mal interprete, esto es muy necesario, pero sin duda el formato llega tarde y es insuficiente.
Por eso es necesaria una educación sexual integral, para combatir datos como los que te voy a mostrar ahora sí:
En España el inicio de consumo de pornografía está en los 8 años. El 65% de los adolescentes afirma consumirlo frecuentemente.
Somos uno de los países de Europa con tasas de embarazos no deseados más altas, con edades de inicio de relaciones sexuales más bajas.
España está a la cabeza de Europa en infecciones de transmisión sexual. En las últimas estadísticas, se ha visto que un llamativo porcentaje de infecciones por VIH/SIDA es en menores de edad.
Mientras tanto, el 75% de las familias considera que sus hijos nunca han visto porno ni se implican en su educación sexual como deberían.
La importancia de la educación sexual.
¿QUIÉN PUEDE OFRECER EDUCACIÓN SEXUAL?
Aunque hay cuestiones técnicas que opinión que quizás es mejor reservarlas para el ámbito escolar (si interviene un profesional de la sexología, obviamente) ya que las familias no tienen la formación suficiente, delegar en la escuela hoy por hoy no es posible. A continuación, te cuento qué puedes hacer si te preocupa cómo dar una buena educación sexual.
Quién ofrece este tipo de educación.
CÓMO DAR UNA BUENA EDUCACIÓN SEXUAL
El primer paso es ser conscientes de nuestro propio tabú y de lo difícil que se nos hacen estos temas. No pasa nada, no hemos tenido modelos de referencia en este sentido, pero vamos a ponernos las pilas. Solo con intentarlo merecerá la pena.
Como ejemplo, uno de los errores más comunes en las familias es evadir las preguntas de los más pequeños sin darse cuenta que son auténtico oro que debemos aprovechar. Cuando hacemos esto, no solo contribuimos al tabú, sino que además les privamos de una educación sumamente necesaria.
Otro consejo también es tener en cuenta que no está mal la jerga que cada uno utilice pero debemos de llamar siempre a las cosas por su nombre: sus genitales se llaman vulva o pene, por poner un ejemplo. Es necesario usar información veraz en todo momento y, en este caso, utilizar los nombres correctos y adecuados.
Espero que esta lectura te haya hecho comprender mejor la necesidad de la educación sexual y reflexionar sobre cómo tu puedes aportar tu granito de arena.
Dar una educación sexual de calidad.
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Pregunta a la sexóloga