Este artículo ha sido escrito y validado por la psicóloga y sexóloga Arola Poch el 18 de julio de 2023.
Romper con la exclusividad sexual dentro de la pareja de manera clara, honesta y consensuada puede ser algo morboso para algunas personas, por las propias prácticas por un lado y por hacer algo fuera de la norma, con lo que eso conlleva de rebeldía, por el otro. Puede servir para ampliar la vida sexual o para buscar algo nuevo y, con ello, avivar el deseo en la pareja.
Estos pueden ser algunos de los motivos para abrir la relación y siempre que se haga desde la comunicación y las ganas compartidas es una opción más, perfectamente válida, dentro de las muchas que hay actualmente a la hora de construir relaciones afectivas. La fidelidad no se entiende como la exclusividad sexual, sino como el respeto a los acuerdos de la relación. Y si el acuerdo es que se pueden hacer intercambio de parejas, tener sexo con otra persona dentro de esa práctica no es infidelidad.
Intercambio de parejas, qué es
¿QUÉ ES EL INTERCAMBIO DE PAREJAS?
El intercambio de parejas es una práctica específica dentro de las relaciones abiertas o liberales. También llamado por su nombre en inglés, swinger, entran en juego dos parejas y se relacionan de tal manera que cada miembro de la primera tiene relaciones sexuales con un miembro de la segunda. Así, las cuatro personas implicadas están ocupadas pero cada cual con una persona que no es su pareja habitual. Algunas parejas limitan su actividad liberal al intercambio, al sentirse más cómodas sabiendo que están teniendo a igual nivel relaciones sexuales fuera de su vínculo afectivo.
La importancia de los acuerdos
Dentro de esta base, cada pareja establecerá sus normas específicas. Algunas optan por hacer el intercambio siempre juntas, incluso en la misma habitación o en la misma cama y si se tercia ir más allá. Poder mirarse mientras están con otra persona les aumenta el morbo a la vez que mantienen la conexión. Otras pueden hacerlo en momentos y/o espacios diferentes. Hay parejas que acuerdan qué tipos de prácticas sexuales pueden hacer con la otra persona (por ejemplo, no es extraño que se limiten los besos en la boca con lengua) y otras que lo dejan más libre y pueden ir a todo.
En la práctica del intercambio de parejas, no todo es blanco o negro
En algunos casos, el intercambio es una primera fase por la que pasa la pareja en su camino a la apertura. Al ser una práctica que permite mantener la igualdad en las experiencias sexuales, puede resultar una manera de empezar a ganar confianza en el ambiente y ver qué sensaciones van aflorando con la seguridad de que la otra persona está también ahí. Con el primer paso hecho, se puede ir ampliando (o no) el catálogo de prácticas para disfrutar también de otras opciones.
Para algunas personas el swingering es un estilo de vida. Tienen “amistades horizontales”, es decir, otras parejas con las que comparten amistad y cama, pero no hay una intención más romántica por parte de ningún miembro. Los clubs liberales pueden ser un buen lugar donde conocer otras parejas que busquen lo mismo e iniciar contactos. Existen también redes sociales específicas donde se pueden crear perfiles de pareja con el objetivo de encontrar otras con intereses similares.
Ahora bien, hay una dificultad añadida, si ya es complicado encontrar una persona con la que se encaja, en este caso han de ser cuatro, dos a dos, que tengan buen rollo. Porque puede pasar que a la persona A (de la pareja A-B) le guste mucho la C (en pareja C-D) pero que a la persona B no le guste tanto la D o a la inversa. No creo que sea una buena práctica ceder por facilitar el intercambio.
Adiós a los prejuicios y creencias erróneas entorno el intercambio de parejas
Las parejas swingers o que practican el intercambio de parejas no están menos enamoradas, ni han perdido la atracción sexual, ni buscan fuera lo que no tienen dentro. Tampoco se “comparte” al marido o a la mujer porque esa forma de hablar denota posesión y precisamente esa idea se rompe en las relaciones no monógamas.
Todo eso son prejuicios hacia este tipo de relaciones. Precisamente, las parejas que deciden abrir la relación, si se hace bien, son aquellas donde hay confianza, comunicación y honestidad y que les gusta trabajar el morbo compartido. En numerosas ocasiones, el intercambio (o cualquier otra práctica sexual fuera de la pareja) tiene el efecto rebote de mejorar la relación sexual en la pareja al introducir novedad, fantasías y estímulos nuevos. En definitiva, al erotizar la vida conjunta.
¿Cómo proponer un intercambio de pareja?
¿CÓMO PROPONER UN INTERCAMBIO DE PAREJA?
El primer paso para llegar a la práctica, a veces complicado, consiste en proponer a la pareja que queremos hacer un intercambio. Puede ser un paso difícil cuando no hay suficiente confianza sexual con la otra persona. La confianza sexual se podría medir a través de las conversaciones sobre sexo que se tienen, tanto durante como fuera del propio encuentro y tanto de cuestiones generales como más personales. Otro indicador de esa confianza sería si se pueden compartir fantasías sexuales, incluso las que implican otra persona, sin que se juzguen o causen inseguridades o malos rollos. Si una fantasía que involucra otra persona se comparte incluso durante el propio encuentro sexual eso ya es nivel top de confianza. Cuando todo esto se da, proponer un intercambio es fácil. Cuando no, habrá que conseguir primero una buena confianza antes de hacer una propuesta de este tipo.
Cuando se hable del tema, es recomendable hacerlo en primera persona, es decir, hablar de qué me apetece a mí, qué necesidades tengo, qué me puede aportar… Y, por la otra parte, escuchar sin juzgar, para luego comentar las impresiones que se tengan. Será el momento de la primera persona de escuchar, también sin juzgar y sin intentar convencer en caso de que haya reticencias. En definitiva, se trata de comunicarse de manera efectiva.
Claves para practicar el intercambio de parejas.
¿ESTAMOS PREPARADOS PARA UN INTERCAMBIO DE PAREJA?
Planteo unas preguntas para que cada cual se pueda hacer y reflexionar sobre si está preparado para un intercambio. La reflexión se puede hacer en pareja.
¿Tienes una buena relación de pareja más allá de lo sexual?
¿Hablas con tu pareja de qué os gusta en el sexo?
¿Compartes fantasías eróticas que puedas tener con tu pareja?
¿Implican estas fantasías relaciones con otras personas?
¿Cómo relacionas sexo y amor?
¿Has tenido alguna vez algún follamigo/a? ¿Cómo funcionó?
¿Te sientes seguro/a contigo mismo/a? ¿Y con tu relación?
Imagina a tu pareja teniendo relaciones sexuales con otra persona, ¿qué sensaciones te provoca?
¿Estáis ambas personas en la misma sintonía en este tema?
Si tras reflexionar pensáis que sí estáis preparados, ¡adelante! Ir a un club liberal para conocer el ambiente puede ser un buen primer paso. O crearse un perfil en alguna red swinger para hablar con otras personas que practiquen el intercambio.
Es bueno ir poco a poco, dando pasos que nos hagan caminar seguros por la apertura de la relación e ir comentando los miedos o inseguridades que puedan surgir. Estar pendientes de cómo está y cómo se siente la pareja, también es recomendable. Que no falten los cuidados en todo este proceso.
¿Estamos preparados para un intercambio de pareja?
CLAVES PARA PRACTICAR EL INTERCAMBIO DE PAREJAS
No existe una fórmula mágica pero sí puedo darte algunas recomendaciones para llevar a la práctica el intercambio de parejas y lo más importante, ¡disfrutarlo!
Hablad antes de la práctica para decidir qué os apetece hacer, qué prácticas os pueden resultar aceptables y con cuáles quizás no os sentiréis cómodos…
Estableced algún gesto o palabra propio que os dé complicidad.
Hablad después del intercambio para comentar qué tal ha ido, qué os ha gustado más y qué menos.
Acordad el uso de preservativo. La salud física es fundamental.
Ambas personas tenéis que sentiros a gusto con la otra pareja y en especial con la persona con la que haréis el intercambio.
Hablad previamente con la pareja con la que establecéis amistad horizontal para aclarar gustos, objetivos y límites. Lo suyo es que cuando se está en el meollo, se fluya lo mejor posible y cuantas más cosas claras haya, más fácil será.
Recordad cuál es vuestro objetivo. A lo mejor es pasar un buen rato, disfrutar, generar morbo en la pareja, desconectar… el que sea. Si veis que se está desviando, replanteaos la situación.
Practicar el intercambio de parejas puede ser una buena manera de ir entrando en el mundo liberal. También ayuda a romper con prejuicios, si es que existen, ya que se conocen otras parejas “normales”, con trabajos, vidas y relaciones “normales”.
Con comunicación y honestidad se puede disfrutar mucho y, además de placer, conseguir otro efecto muy interesante: ganar complicidad con nuestra pareja. Cuidar la sexualidad de la pareja es algo muy positivo y necesario y los intercambios son una práctica más que puede servir para ello.
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Consultas y dudas sobre Intercambio de parejas: qué es y cómo practicarlo
Soy varón de 50 años. Estoy casado con mujer de mi misma edad. Es de hace 27 años. Tenemos plena confianza en todos los planos. Quisiera hacer un trio con un hombre que le diera placer a mi mujer junto conmigo. Me encanta verla gozar. Me gustaría ayudar a ese hombre a volver loca a mi mujer y que el me ayudara a mi a hacer lo mismo. Se lo he dicho a mi esposa. La excita mucho la idea pero no se atreve a dar el paso. ¿Que puedo hacer para convencerla?
Respondido por Rosa Navarro el 24/07/23
Pregunta a la sexóloga