Este artículo ha sido verificado y aprobado por la psicóloga y sexóloga Rebeca Lajos el 31 de diciembre de 2024.
La postura del misionero es sin duda la más conocida del Kamasutra. Incluso aunque no sepas de qué estamos hablando, es posible que ya la hayas practicado sin haberle puesto nombre porque es de las posturas más instintivas. Y si ya la conoces quizá te vienen a la mente adjetivos como: aburrida, sosa, repetitiva… Mmmmm… ¿No se podría hacer el misionero un poquiiiiiito más excitante?
Pues ¡claaaaro que sí! Le damos una vuelta de tuerca (o dos) a esta postura tan socorrida para hacerla más salvaje y placentera.
El Kamasutra ilustrado.
¿QUÉ ES EL MISIONERO?
El misionero es una postura sexual que aparece en el afamado Kamasutra, que además se ha convertido en la postura más conocida (y socorrida) para disfrutar de las relaciones sexuales de pareja.
En la postura original del misionero, la persona que va a ser penetrada se tumba boca arriba, sobre su espalda, con las piernas ligeramente abiertas y flexionadas. La persona que realizará la penetración se tumba sobre ella, boca abajo y con el apoyo de sus brazos, para poder realizar la penetración. Peeero se nos ocurren unas cuantas cosas que hacer para mejorar esta postura y darle esa chispa extra.
El Misionero original.
¿POR QUÉ SE LLAMA “POSTURA DEL MISIONERO”?
Durante muchos siglos, la postura del misionero fue la única aceptada por la Iglesia Católica si no se quería cometer un pecado mortal durante las relaciones sexuales, ya que estaba considerada como más adecuada para la fecundación y menos erótica (¡ja!)
Con la llegada de los misioneros al Nuevo Mundo, se trató de imponer las pautas de moral católicas también a lxs indígenas, haciendo que dejaran de lado otras posturas más pecaminosas para practicar sexo de la forma aceptada por el cristianismo.
El nombre original de la postura del misionero era “postura angelical” o de la serpiente y el primer registro en el que aparece la palabra “misionero” como tal es en el año 1948, en el libro titulado “Sexual Behaviour in the Human Male” de Alfred Kinsey.
El origen del Misionero.
VARIANTES DE LA POSTURA DEL MISIONERO
Una de las ventajas de la postura del misionero es precisamente su sencillez, y es que ofrece numerosas variantes para disfrutar aún más de ella. Un cambio pequeño puede marcar la diferencia en la experiencia de disfrutar x1000 de la postura del misionero.
El misionero con las piernas elevadas
Esta postura ofrece a su vez variaciones dependiendo de cómo coloquemos las piernas. En la variante con las piernas elevadas, partimos del misionero original, pero la persona que va a recibir la penetración debe levantar ligeramente sus piernas. Puede probar con una pierna, con dos, rodear a su pareja con ellas o incluso apoyarse en la pared si el espacio lo permite. Es un pequeño cambio, pero ya verás cómo la experiencia sensorial cambia por completo.
El misionero bloqueador
Esta postura se llama así porque la persona que va a recibir la penetración intentará bloquear a su compañerx con las piernas. La posición es justo la contraria a la del misionero original, quedando la persona que penetra en la parte de abajo y la persona que recibe sobre ella. Sus piernas, ligeramente estiradas y cerradas, son las que realizarán el bloqueo, consiguiendo así más presión.
El misionero dominante
En esta otra versión de la postura del misionero, la persona que recibe la penetración es la que va a dominar en todo momento. Debería flexionar las piernas y utilizar de punto de apoyo sus pies sobre la cama o el lugar en el que estén. La persona que penetra en este caso no debe apenas realizar movimiento, sino dejarse llevar…
La pausa zen
Esta postura es ideal para tomarse una pausa y es otra manera de disfrutar de la postura del misionero. En este caso, ambas personas estarán recostadas sobre la cama, una frente a otra. La persona que va a recibir la penetración debe poner su pierna por encima de la otra persona, y ambxs ayudarán en el movimiento. Es una postura muy relajante, sí, pero también muuuy excitante. ¡Prometido!
Succionadores de clítoris.
Los succionadores de clítoris son ideales para complementar la estimulación, también durante la postura del misionero. Un extra de excitación que estimulará el clítoris envolviéndolo en una agradable sensación de placer. Su tecnología exclusiva consigue que la sensación de succión sea completa, desde el interior, gracias a las pulsaciones de su membrana.
BENEFICIOS DE LA POSTURA DEL MISIONERO
Más allá del placer que puedes experimentar mientras disfrutas de esta postura del Kamasutra, el misionero tiene otros muchos beneficios:
Intimidad y conexión emocional:
Al estar cara a cara es más fácil comunicarse, no solo verbalmente, sino gracias al contacto visual.
Mayor control:
La persona que penetra tendrá el control sobre el ritmo y la profundiadad de la penetración, mientras que la persona que la recibe puede ajustar la postura para aumentar la comodidad y/o el roce.
Posibilidad de estimular el clítoris:
La postura del misionero es ideal para la estimulación del clítoris. Al cambiar el ángulo de la pelvis o colocando una almohada bajo la cadera, se puede hacer que el contacto aumente y con ello aumente también el placer.
¡Sácale el máximo partido al Misionero!
Si quieres conocer otras posturas como esta, te recomendamos darte una vuelta por nuestro Kamasutra, Kamasutra gay y Kamasutra lésbico. ¡Es hora de darle la vuelta a las posturas de siempre!
BIBLIOGRAFÍA
- Anupama C, Kamasutra: Elixir de amor. Susaeta 2007.
- Chakraborty K, Thakurata RG. Indian concepts on sexuality. Indian J Psychiatry. 2013 Jan.
Todas las imágenes de este artículo han sido diseñadas y creadas por Diversual y no podrán usarse sin consentimiento previo.
Consultas y dudas sobre Cómo sacarle más partido a la postura del misionero
Hola ,tengo problemas de erección Y no se q hacer puedes ayudarme?
Respondido por Lucía Jimenez el 06/01/25
Que hay para endurecer el pene tengo 65 años
Respondido por Lucía Jimenez el 06/01/25
¿Cuánto tiempo es recomendable tener relaciones sexuales?
Respondido por Rosa Navarro el 02/05/23
Pregunta a la sexóloga